Carl Ramson Rogers nace en 8 de enero de 1902 en Oak Park, Illinois siendo el cuarto de seis hermanos. Su papá era ingeniero civil y su madre se dedicaba al hogar.
Estudió Agricultura en la Universidad de Wisconsin y posteriormente cambia a Historia, luego de un viaje por China, cambia nuevamente de parecer y es así como ingresa al programa de Psicología Clínica en la Universidad de Columbia comenzando a ejercer como psicólogo desde 1927.
Fue profesor de Psicología y miembro activo del Centro de Asesoramiento Psicológico en la Universidad de Chicago. También llegó a ser presidente de la Asociación Psicológica Norteamericana.
En 1964 abandona la cátedra y se traslada al Western Behavioural Science Institute en la Jolla California y en 1969 funda el Centro de Estudios de la Persona así como el Instituto para la Paz creado para el estudio y resolución de conflictos.
Muere en San Diego, California el 4 de febrero de 1987.
Rogers fue junto con Maslow, fundador del enfoque humanista. Su postulado básico es que que las personas somos capaces de resolver nuestros propios problemas, que somos actores significativos de nuestro destino y que la comunicación entre la gente puede mejorar aplicando determinados principios.
Las 3 claves de Rogers para el proceso terapéutico son: congruencia, empatía y aceptación positiva incondicional. Aquí un párrafo de su libro "El Proceso de convertirse en Persona" donde queda de manifiesto esa capacidad humana para sobrellevar las situaciones propias de la vida, a partir de la experiencia personal: "La experiencia es, para mí, la mayor autoridad. La prueba final de validez es mi propia experiencia. Ni las ideas de otras personas (y ni siquiera las mías propias) son tan definitivas como mi propia experiencia. Debo retornar una y otra vez a la experiencia para descubrir una mirada mas cercana a la verdad, tal como se está manifestando en mí. Ni la Biblia, ni los profetas, ni Freud, ni la investigación, ni las revelaciones de Dios o del hombre, pueden ser más determinantes que mi propia experiencia directa. Mi experiencia no es perentoria porque sea infalible. Contribuye la base de la autoridad porque siempre puede ser verificada de nuevas formas. De esta manera, sus frecuentes errores o falibilidad se hallan siempre abiertas a la corrección"
María Eugenia Márquez León
Psicoterapeuta & Coach
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