domingo, 27 de septiembre de 2020

Acompañante que acompaña


 

Imagen Salón Verde BeTranspersonal


“Acompañante que acompaña, se permite ser acompañadx“

Hay un frase acuñada a Jung que me encanta y dice:“Conozca todas las teorías. Domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”. Acompañar es estar desde la empatía, la congruencia y la presencia positiva incondicional frente a otra alma, lo cual para mí es sagrado.
¿Y quién acompaña a quienes hemos hecho del acompañamiento nuestra profesión y vida?
 Desde que me dedico a acompañar procesos personales y bioorganizacionales allá por 2003, no había experimentado algo como lo que vivimos ahora.
Aunque ya habíamos transitado por otras situaciones complejas como la contingencia por H1N1 en 2009 y el terremoto de 2017, estos tiempos sin duda nos han puesto a prueba en muchos sentidos. Hemos experimentado pérdidas tanto humanas como materiales, hemos navegado en las olas de la incertidumbre, y quizá nos hemos sentido rebasadxs.
Confieso que ha habido días en que he querido dejar todo y decir, hoy no puedo acompañar, hoy no puedo dar un coaching, una terapia o un taller en línea, lo cual es completamente válido, y es entonces que llega mi sesión individual y personal de terapia o de “coaXing” (nuestro producto de CoaXehuá). Y es en esos espacios, estando del otro lado, es en los que logro irme acomodando, entendiendo, aceptando y a veces resolviendo. De no ser por ello, seguramente podría con la vida, pero creo que me sería más complicado estar en mi día a día, en el aquí y ahora poniendo mi intención y atención; y por supuesto estando desde el mejor lugar posible en los diferentes procesos que tengo en honor y gusto de acompañar.
Es muy importante (y no solamente en momentos de crisis) que quienes nos desenvolvemos en esta profesión, también pidamos ayuda, que nos acerquemos a un/a profesional que nos acompañe en nuestro propio andar, que nos permitamos tener ese tiempo de re encuentro y re acomodo, en principio por nosotrxs mismxs, para evitar el burnout y también por la impecabilidad en el servicio que ofrecemos. 
Adicionalmente debo mencionar que cada vez que termina una sesión con mi terapeuta o mi coaX, y aunque no sea el objetivo principal, amo más mi trabajo porque entiendo desde este otro lado, la potencia y el poder que tiene el acompañamiento.
Gracias con todo mi corazón Miss, Yolo, Joac, Chava por su acompañamiento y profesionalismo.

María Eugenia Márquez León
Lic. en Sociología, Promotora en Desarrollo Humano, Terapeuta Humanista y Transpersonal con Formación en Sabiduría Indígena, Númerología Tántrica y Astrología Evolutiva, Moon Mother®️ Nivel 2, Tejedora de círculos de mujeres, Consultora en Desarrollo Organizacional y Coach Ejecutivo

domingo, 23 de agosto de 2020

La piel que habito





Cuentan las leyendas escocesas que hay unas criaturas marinas llamadas “selkies”. Son focas que tienen la habilidad de quitarse su piel y convertiste en bellas mujeres (algunos hombres). Nadan entre las olas y cuando se encuentran con alguien que les agrada, llevan a cabo esta transformación, guardan su piel de foca y cuando lo creen conveniente regresan al mar y se la vuelven a poner para ser de nuevo focas. 

Cuentan también que algunos hombres descubrían dónde guardaban las mujeres sus pieles de foca y las escondían, condenándolas así a permanecer a su lado contra su voluntad.

Este mito (muy parecido al de las sirenas) me hizo pensar en cuántas veces nos quitamos nuestra piel, nuestra esencia para gustar y/o complacer a alguien más. Cuántas veces  hemos anulado nuestra identidad y ahogado a nuestro espíritu por encajar, por ser aceptad@s o amad@s. Cuántas veces incluso nos hemos avergonzado por ser quienes realmente somos y optamos por usar el disfraz según la ocasión.

El resultado no suele ser satisfactorio, y es que ir contra nuestra verdadera naturaleza es ir contra nuestra propia divinidad, es vivir fragmentad@s. 

Claro que es importante la pertenencia, somos seres de manada, de tribu, pero si por pertenecer tengo que dejar de ser quien soy, la realidad es que tampoco soy yo quien pertenece, sino la idea que he creado de mí en función a expectativas externas.


Por otro lado recordemos que la verdadera transformación siempre vendrá desde dentro, desde el interior, por un deseo genuino y personal, no por exigencias externas.
Cuando somos conscientes de que nuestro Espíritu eligió esta piel, esta mente, estas emociones, este cuerpo, esta vida para llevar a cabo su misión, no necesitamos ponernos otras pieles, ni intentar ser quienes no somos; porque así como es esta piel, que en la metáfora representa los cuerpos que habitamos, es perfecta. 

María Eugenia Márquez León
Terapeuta Humanista y Transpersonal
Facilitadora en Desarrollo Humano y Organizacional

 

miércoles, 5 de agosto de 2020

Timo, la glándula del Amor


Hace algunas semanas leí acerca del Timo, que es una pequeña glándula en el centro del pecho, se ubica pegadito al corazón, detrás del hueco que tocamos cuando decimos “yo”. Viene de la palabra griega “thýmos”, cuyo significado es “energía vital” y está vinculado con el corazón y el Alma,

No se habla mucho de él pero es de gran importancia. El timo crece cuando experimentamos alegría y se hace chiquito cuando experimentamos estrés. En estudios se ha rebelado que va disminuyendo su tamaño pasada la niñez (por qué será) pero se ha demostrado que sigue estando activo y no es “anormal” que se vea grande en la edad adulta.

El timo es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, junto con las glándulas suprarrenales, mismas que colaboran con le hipotálamo y la glándula pituitaria para liberar hormonas básicas para la regulación de nuestro metabolismo y la espina dorsal Está también directamente conectado a los sentidos, la consciencia y el lenguaje.; hace conexiones hacia afuera y hacia dentro.
"Si somos invadidos por microbios o toxinas, reacciona inmediatamente produciendo células de defensa. Pero también es muy sensible a imágenes, colores, luces, olores, sabores, gestos, toques, sonidos, palabras y pensamientos."
Así pues el timo trabaja directamente con nuestras emociones, amenazas, regula y ajusta su tamaño en función a qué pasa con nosotr@s, ante la manera en que experimentamos la vida.

Estamos transitando por una situación que nos ha hecho tocar las polaridades, el dolor, la incertidumbre; quizá hemos tenido pérdidas en muchos sentidos y tal vez hemos tocado fondo. Hemos danzado entre el miedo y la esperanza, entre el enojo y la ilusión, y nos hemos sentido perdid@s, así que creo muy importante trabajar con nuestro timo. Hay cosas que no vamos a poder cambiar, pero sí podemos darle a esa pequeña glándula (que es tan grande en sus funciones) palabras, colores, notas, todas esas cosas que nos sacan la alegría y que nos ayudan a anclarnos al aquí y ahora desde un lugar donde lo que predomine sea el amor.


María Eugenia Márquez León
Terapeuta Humanista y Transpersonal
Fecilitadora en Desarrollo Humano 
y Organizacional




domingo, 26 de julio de 2020

Aliento de vida; la paradoja de estos tiempos


Hay una canción de Amaral que dice: “el deseo de vivir es lo que me está matando” Pero ¿qué es vivir y qué es morir? 
Creo que entre las muchas lecturas que tiene el tema, a veces vemos  a la vida y la muerte como opuestas,  desincronizadas. 
Cierto es que existe un principio de polaridad que nos dice que todo toca sus polos, que  aunque en opuestos la energía es igual en intensidad y que no están separados. Somos vida y somos muerte estando de manera constante en esa danza perfecta entre una y otra.
Parte del secreto de la existencia es dejar de ver a la muerte como pérdida y entender que se trata de trascendencia, de transformación. Claro que a veces no es sencillo integrar el concepto de esta manera porque desde nuestra mente humana nos duele el apego, y es natural...pero cuando logramos ir más allá del dolor, la apreciamos de manera más pura y genuina, honramos con profunda humildad a aquellos que partieron o aquello que ya no es parte de nuestra vida  y comprendemos que la muerte como tal no existe, que la esencia siempre permanece, que lo que bien se ama nunca se olvida, y mientras así sea seguirá latiendo el aliento de vida.
Dedico estas palabras con absoluto amor y respeto a todas las Almas que han trascendido y a quienes desde acá, desde este plano, les echamos y echaremos de menos. 
Y como dice la misma en su última estrofa: “parece que es el fin y sólo es un comienzo”

María Eugenia Márquez León
Terapeuta Humanista y Transpersonal
Fecilitadora en Desarrollo Humano 
y Organizacional


miércoles, 22 de julio de 2020

Tocar el alma a distancia; psicoterapia en tiempos de pandemia

Después de 6 años de ausencia en este espacio, hoy vuelvo gracias a la espontaneidad de algunas palabras colocadas en el momento preciso.
Hoy es 22 de julio del 2020 y el mundo, la vida, han cambiado de manera importante. Sea este un portal de acompañamiento para estos tiempos y si algo puede aportar a los ojos de quien lo lea, valdrá el gozo cada idea o reflexión aquí plasmada.
Comenzaré comentando que siempre pensé que el acompañamiento terapéutico es algo que se tiene que hacer en vivo, viendo, sintiendo, vibrando, respirando a la persona que tenemos enfrente...primer paradigma transmutado. Cuando al principio de la cuarentena tuve una sesión virtual para el cierre del círculo de mujeres que concluía y sentí el poder que emanaba de las mujeres reunidas a través de la pantalla, entendí que la energía trasciende al cuerpo y que la conexión es posible aún sin estar frente a las personas. A partir de ahí supe que la "distancia" no iba a ser un obstáculo para tener estos encuentros sagrados que me permite tener mi rol como terapeuta, coach y facilitadora de círculos de mujeres, actividades que he seguido haciendo de manera virtual. 
Y es que para que se logre ese encuentro sagrado, la persona, el cliente (recordemos que desde el enfoque rogeriano no se trata de pacientes puesto que no hay enfermedad) debe tener disposición para  ir más allá de ella misma, y eso pasa en cualquier proceso personal no importa
el formato. Aquí quiero reconocer  a las mujeres que han abierto su corazón y me han permitido acompañarlas en estos tiempos tan.... me ahorraré el adjetivo porque cada día cambia y no quiero limitarlo a cómo lo siento justo ahora. 
La psicoterapia que tiene sus bases en el humanismo, no deja espacio al juicio sino a lo que es, a lo que se siente, a lo que se piensa, a lo que reporta el cuerpo que es nuestra mejor brújula y cuando la vida cambia como ha cambiado en esta temporada, cuando algunas estructuras, formas de vida y demás se destruyen, nos enfrentamos ante la tarea de re construirnos ya sea consciente o inconscientemente. Y en esa reconstrucción puede que salgan a la luz aspectos de la personalidad que estaban muy ocultos, muy en la sombra y desde ahí se abre la gran oportunidad de vernos en totalidad, en nuestra polaridad donde más allá de si nos gusta o no, eso somos. 

En alguna otra entrada abordaré un poco más a profundidad sobre estos aspectos, por lo pronto les doy la más cordial bienvenida. 


María Eugenia Márquez León
Psicoterapeuta Humanista y Transpersonal